martes, 3 de abril de 2012

Marató Barcelona 2012


Marató de Barcelona





Crónica escrita por Geraldine Barroso.
Son las 6:00 am y suena el despertador. Camelo pasó muy mala noche, los nervios y pensamientos apenas lo dejaron dormir. Por fin llego la hora q tanto deseó que llegara.
Dentro de pocas horas enfrentará a uno de sus retos como deportista “La marató de Barcelona”, que son 42 kms y 195mts de distancia que ha de realizar para llegar a la meta. No dejaba de pensar ¿Cómo se sentiría al sobrepasar los 30kms?, esa pregunta no salía de su cabeza, pues, esa distancia era desconocida para él y lamentaba el hecho de no tener la experiencia y no saber a qué se enfrentaría. El recorrido más largo que había realizado eran 25 kms.
Después de desayunar y tenerlo todo preparado, partió en su coche junto con Grace, su pareja, a Barcelona, aparcaron en la calle gavà y caminaron hacia Plaza España, que se encontraba a 200 mts de allí, tuvo suerte de aparcar tan cerca, allí vio como calentaban muchísimos atletas, entre ellos profesionales y populares. En total fueron 20 mil runners inscritos en la gran marató de Barcelona.
Carmelo se dirigió al cajón de donde saldría y decidió esperar un poco para calentar. No se encontraba bien, sentía una descomposición dentro de sí, necesitaba ir al baño pero éstos estaban saturados y decidió no ir.
Su amigo Siscu, junto a su esposa y una amiga fueron a desearle suerte ellos se quedaron junto a Grace toda la Marató, ya qué había un amigo de Siscu que también la corría. Carmelo se despidió de Grace, quien le deseó toda la suerte del mundo, ya que la hora de salida estaba llegando. Unos minutos más tarde comenzó a prepararse, encendió su Ipod en el que tenía una selección de música que previamente había preparado, su Blackberry con la aplicación de Adidas micoach y endomondo, al igual que su pulsera Sportband de Nike, no quería que ningún detalle le faltara.
Ya habían salido los atletas profesionales y pocos minutos después empezó a sonar por los altavoces la canción de las Olimpiadas Barcelona’92, cantado por Freddy Mercury y Montserrat Caballè lo que les indicó que era hora de su salida. Les tomó 12 minutos en pasar por debajo de la meta, 42kms tenía Carmelo por delante y no tenía ninguna estrategia a seguir sólo nutricionalmente, la cual se había estudiado bastante, ya que ha sufrido de calambres en las medias maratones que ha realizado anteriormente en los últimos kms. Después de varias marcas probadas la optó por los geles Pump Gel y Energy Boost Victory endurance, previamente se había tomado una Endurance Bar y unas pastillas 226 ers, que le habían comentado que iban de maravilla. Su objetivo era cruzar la meta sin importar el resultado.
Los primeros kms los tomó con mucha calma, no solía correr tan despacio ni en los entrenamientos, no sabía lo que le esperaba así que fue muy conservador. Los runners subieron por la calle Tarragona y giraron en calle Berlín para tomar Avd. Sarrià hasta la diagonal, en ese momento ya habían realizado 5kms y el tiempo de Carmelo era superior a los 25 minutos.
Se lo estaba tomando con calma. Decidió hacerle unas fotos al templo que se imponía ante todos los corredores que pasaban por su lado, el Camp Nou. Vio una foto de Iniesta y de Messi, y observó que había un cartel que informaba del próximo partido en el campo, FCBarcelona - Atletic Bilbao; en ese momento se recordó de los publilinerunners y también le tomó una fotografía al cartel informativo para plasmar el momento.
En Travessera de les Corts, se encontraba muy bien, fueron por Numancia, Avda Madrid y tomaron el Carrer de Sants. Ya estaba en el km 10 era momento de tomar un gel, no quería que le faltara fuerzas, así que tomó un Energy Boost, lo preparó y esperó a pasar por un avituallamiento para coger una botella de agua y tomárselo. Al llegar al avituallamiento hizo lo planeado, se sentía de maravilla, en ese momento recordó que el dolor de estómago que sintió antes de comenzar la maratón, se dio cuenta que lo que realmente sentía eran los típicos nervios previos a un acontecimiento importante.
Llegaron a Gran Vía, el cúmulo de personas que les gritaban y daban ánimos era impresionante, Carmelo vio a un runner que se fue al córner y besó a su chica, y en ese instante escuchó su nombre y vio a Grace junto a su amigo Siscu, su esposa y amiga que gritaban y animaban, eso lo llenó de fuerzas, le alegro mucho ver el apoyo. Pronto se arrepintió de no haber hecho lo mismo que el runner que llamó su atención anteriormente.


A lo largo de la Gran Vía, sufrió su primer problema, Sintió un pinchazo en la planta del pie izquierdo, creía que era una piedra así que se paró, se descalzó, limpió su zapatilla y siguió, pero al girar en Paseo de Gracia volvió a sentir en pinchazo, se volvió a descalzar y repitió la limpieza de la zapatilla pero esta vez más cuidadosamente, después de esa maniobra, aceleró y logró unirse al grupo. Cuando vio la pedrera frente a él se sorprendió, cogió su Blackberry, le tomó una fotografía y se la envío a Grace junto a un mensaje comentándole que se encontraba bien y que ya afrontaba el km 15. Cuando logró guardar bien la bb ya estaba por Rosellón, giraron por Pg. Sant Joan y continuaron por Industria hasta encontrar el Carrer Sardenya que los llevaba a la Sagrada Familia, ¿y como negarle una foto a la Sagrada Familia? decidió sacarle otra fotografía para enviársela nuevamente a su pareja, Grace.
Ya en calle Valencia y a su izquierda estaba el local de Cobarna Fruits, lo que le trajo a su mente momentos muy especiales y agradables de su pasado, le gustó mucho que la marató pasara justo por delante de ese local. Fue un momento muy especial de la carrera.
Ya en Avda. Meridiana iban en búsqueda del km 20. En ese momento la carrera se cruzaba con parte delantera de la carrera y le pareció alucinante ver como los que estaban de vuelta les proveían de agua y geles, no había visto ese compañerismo antes en ninguna carrera de las que había hecho, pensó que quizás fuese típico en maratones.
Media maratón completada, ya había realizado la mitad de su trayecto, ya tenía medio sueño cumplido, decidió que era hora de otro gel, esta vez optó por un Pump Gel, tomó agua y una pastilla 226 ers, él se sentía bien. Su tiempo era de 1:55h, lento, muy lento, pensó que podía acelerar el ritmo, que podría ir más deprisa, pero decidió continuar con el mismo ritmo y si se encontraba con fuerzas en los últimos 10 kms, en ese momento subiría el ritmo.
Se encontraban ahora en el Pont de Calatraba, Carmelo le tomó una foto y se la envío a Grace, ya que el día anterior cuando miraban y estudiaban el recorrido ella le pregunto dónde quedaba este puente. Junto con la fotografía le envió una nota de voz diciéndole que iba por el km 23 y que seguía bien con fuerza.
Tomaron Gran Vía para llegar a Rambla Prim, en esta distancia Carmelo vio a runners retirándose y otros tantos que pararon y luego continuaban andando, pero él continuó firme y con el ritmo que había mantenido durante lo que llevaba recorrido. No se sentía tan agotado como para parar.
Llegaron a Diagonal, subiendo hasta Plaza de les Glòries, viendo la torre Agbar y pasaron los kms 27, 28, 29 y 30, éstos fueron los peores kms para él, los dolores en la rodilla y en la planta del pie izquierdo era muy fuertes, quería parar, su mente le decía que parara, pero logro engañar a su mente para que aguantara hasta llegar al avituallamiento. Ahí se tomó otro gel con mucha calma para llenarse de energía, agarro dos botellas de agua, una se la tomó y con la otra se baño, se sentía destruido. Le envió un mensaje a Grace diciéndole que estaba muerto, que iba por el km 30, que no podía más y ella le contestó dándole mucho ánimo y fuerzas para que afrontara los últimos 12 kms.
En condiciones normales esos 12 kms los recorrería en menos de una hora, pero en ese momento, 12 kms le parecían un mundo. Llevaba 2:46h, tenía un ritmo muy lento, Carmelo no entendía por qué se encontraba en ese estado, pero se armó de valor y se dijo, ¡hasta la meta…llegaré!
Llegaron a Pg. Taulet y después a Avda. Litoral, los dolores de Carmelo eran muy fuertes. Se volvió a parar y un señor a su lado le preguntó - ¿qué tal te encuentras? y Carmelo le dijo – tengo muchos dolores en las articulaciones, pero que iba a llegar hasta el final, que no pensaba en abandonar, el señor le preguntó - ¿es tu primera maratón? y él contestó que sí, el señor le comentó que era normal que lo estuviera pasando tan mal y que lo que le quedaba por recorrer se le iba hacer eterno. Eso dejó a Carmelo desanimado, esos comentarios no le ayudaron en nada, y volvió el fantasma del abandono.
Mientras Carmelo debatía entre seguir y abandonar el señor le iba diciendo que era su cuarta participación, que no había entrenado bien y que lo estaba pasando pésimo; Así que viendo los ánimos que le estaba dando semejante intimidador, decidió despedirse del señor y acelerar el paso, sus palabras lo estaban sepultando, pero realmente, esas palabras le ayudaron más de lo que él creía, mientras seguía corriendo iba preguntándose así mismo ¿me veo así?, ¿estoy cómo él?, ¿estoy derrotado?... y dijo ¡NO!, Seguiré hasta el final, mi límite no está en esta carrera seguiré hasta el final. Logro salirse del agujero donde poco a poco el señor y los dolores lo estaban enterrando, sólo con el poder mental, ¿Qué increíble es la mente. ¿No?
En el avituallamiento del km 35, volvió a pararse por agua y un baño, se tomó el último gel y una pastilla 226 ers. Ya estaban pasando por Arc de Triomf, Ronda Sant Pere y Plaza Catalunya, lugares emblemáticos de BArcelona para disfrutar pero Carmelo no podía, solo iba fijando su mirada en el suelo, no se sentía con fuerzas para seguir haciendo fotos, ni para admirar el paisaje que iba dejando tras de sí.
Vuelve a parar en otro avituallamiento por un sorbo de agua y otro baño, eso hacía que avanzara unos kms sin parar. En ese momento se dio cuenta que hacía rato que no escuchaba música, revisó su Ipod y estaba en pause.
Cuando ya estaban bajando por la Vía Laietana Carmelo escuchó su nombre, se giró y no conocía a quien lo nombró, volvió a escuchar ¡Ánimo Carmelo, ya lo tienes! , y se sintió increíble, personas desconocidas estaban animando a todos los corredores , los llamaban por su nombre porque iban leyendo los dorsales, que importantes eran esas palabras de ánimo, solo por ellos acelerabas el ritmo, era como un golpe de aire que te hacía avanzar unos metros sin pensar en lo cansado que estabas.
Alzó su mirada y vio el monumento a Colon, ya iba por el km 40, pensó que increíble era Barcelona, toda una majestuosidad y comenzó a recordar todo el recorrido, por donde había pasado, cada lugar por el que había pasado de la ciudad, km por km.
Llevaba ya cuatro horas y sólo le quedaban 2 kms, pero se los tomó con calma, eran los últimos 2 kms y los quería disfrutar. Tenía fuerzas para aumentar el ritmo pero prefirió mantenerlo y mirar como lo animaban runners que ya había acabado su maratón y personas de todas las nacionalidades con pancartas. Increíble lo que sentía en los últimos metros.
Se acababa el Paral.lel, cada vez se acercaba más a la meta, pero no quería que acabara. Era sorprendente como kms atrás pensaba en abandonar y ahora no quería para de correr, no quería que acabara su participación en “La Marató de Barcelona”
Cuando sólo quedaban 50mts, Carmelo vio a Grace, le sonrío y le hizo gestos de que estaba muerto, siguió corriendo hasta la meta, vio el reloj y cruzó. Acabó, logró su objetivo. Se hidrató y siguió caminando, vio a runners completamente destruidos en el suelo, pero él se encontraba bien, no le dolía nada, ¿a dónde se habían ido los dolores?, no importa, él se sentía bien y más cuando le colocaron la medalla de “Finisher”, era un momento único e irrepetible, su primera Maratón.
Siguió andando hacia donde había comenzado todo, su cajón de salida, y se tiró en el suelo, se sentía muy emocionado, todo fue muy duro. Luego de unos segundos se levantó y fue en busca de Grace, se lanzó sobre ella, la abrazó y la besó. Se sentía agotado, los dolores habían comenzado a hacerse sentir, estaba realmente cansado pero con la alegría de haber finalizado “La Marató de Barcelona”.


























El 20%, aproximadamente 4 mil atletas abandonaron esta maratón. Carmelo Colacios para nada estaba preparado para ésta hazaña, pero lo logró. Se sintió un poco decepcionado, pues sus tiempos no fueron los mejores, pero tuvo la valentía y la fuerza de culminar y cumplir su objetivo “cruzar la meta sin importar el resultado”.